30 julio, 2008

NY TIMES: LOS PUENTES INKAS

Fuente : Peruanista
Este artículo apareció ayer en el diario The New York Times. Aquí publico la traducción no-autorizada que he realizado, para su difusión.

Un puente colgante Inka en 1877 (Grabado de “Peru: Incidents of Travel and Exploration in the Land of the Incas” por E. George Squier); y el puente George Washington sobre el rio Hudson en New York (Angel Franco/The New York Times).


La historia indígena de las Américas, que es bien extensa, continua siendo escrita. Cuando estudié arquitectura en Perú, nunca supe que hubieran cursos acerca de ingeniería indígena o de arquitectura Inka o pre-Inka. Espero que las universidades peruanas ya ofrezcan cursos de ese tipo. Escribir nuestra verdadera historia es una tarea pendiente y un verdadero reto para los descendientes de las civilizaciones indígenas o nativas, desde Chile hasta Canadá.



How the Inca Leapt Canyons
Como los Inkas cruzaron las quebradas



Por JOHN NOBLE WILFORD

Publicado: 8 de mayo de 2007

CAMBRIDGE, Mass. - Los invasores de España llegaron, los vieron y se quedaron asombrados. Nunca habían visto algo similar en Europa como los puentes de Perú. Los cronistas escribieron que los soldados españoles se pararon en temor y con miedo frente a las enormes cantidades de cables de fibra entrelazados y suspendidos a través de los abismos profundos en los Andes, esas calzadas estrechas que cedían y se sacudían y que parecían tan frágiles.



Pero los puentes colgantes eran las conexiones comunes y vitales en el extenso imperio de los Inkas, de la misma forma como habían sido parte de las culturas andinas por cientos de años antes de la llegada de los españoles en 1532. La población andina no había desarrollado el arco de piedra ni los vehículos rodantes, pero ellos fueron exitosos en el uso de las fibras naturales para las telas, barcos, armas de honda - incluso guardando inventarios son un sistema de pre-escritura con nudos [llamados kipus].


Entonces los puentes hechos de cuerdas de fibra, algunas tan gruesas como el torso de un hombre, fueron la solución tecnológica al problema de la construcción de caminos en terrenos difíciles. Según algunas estimaciones, por lo menos 200 de estos puentes colgantes atravesaron las quebradas de los ríos en el siglo XVI. Uno de los últimos puentes existentes, sobre el río Apurimac, inspiró la novela “El Puente de San Luis Rey” de Thornton Wilder.

Aunque los académicos han estudiado la importancia del sistema de caminos Inka en la formación y el control de ese imperio pre-colombino, Juan A.Ochsendorf del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en ingles) dijo aquí, los “historiadores y arqueólogos han sido indiferentes al rol de esos puentes.”

La investigación del Dr. Ochsendorf sobre los puentes colgantes de los Inkas, el cual comenzó cuando él era estudiante de la Universidad de Cornell, ilustra el acercamiento de una universidad de ingeniería, a la arqueología, combinando las ciencias materiales y la experimentación con el tradicional trabajo de campo de observación y de cronología de artefactos. Otras universidades conducen investigaciones en materiales arqueológicos, pero ha sido una especialidad desde hace tiempo en el MIT.

Los estudiantes aquí aprenden sobre la investigación multidisciplinaria de tecnologías antiguas y como estas han sido aplicadas para transformar recursos en elementos culturales, desde la cerámica casera hasta las magníficas pirámides. En un curso llamado “Los materiales en la experiencia humana,” los estudiantes están construyendo puentes de fibra de más de 18 metros de largo, al estilo peruano. El sábado, ellos planean colgar el puente a través de una quebrada seca entre dos edificios del campus.

En años recientes, los arqueólogos y científicos del MIT han unido esfuerzos para estudiar la cerámica temprana, las balsas y las aleaciones de metal de Perú; así como el cristal egipcio y el concreto romano; y también el modelado de las campanas de bronce en México. Así pudieron descubrir que [los indígenas] Ecuatorianos, viajando por el mar, introdujeron la metalurgia en [lo que hoy es] México occidental. Incluso redescubrieron cómo el indígena mexicano agregó pedacitos de plantas de flores (morning-glory), las que contienen sulfuro, y convertirlas ese caucho natural en bolas elásticas.

“Los [indígenas] mexicanos descubrieron la vulcanización 3.500 años antes que Goodyear,” dijo Dorothy Hosler, profesora de arqueología y de tecnologías antiguas del MIT. “Los españoles nunca habían visto nada que rebote tanto como las bolas de goma de México.”

Fotos: Estudiantes del MIT tejiendo cables para su propio puente colgante. (Robert Spencer / The New York Times)

Heather Lechtman, una arqueóloga de tecnologías antiguas que ayudó a desarrollar el programa del MIT, ha dicho que aprendiendo “cómo fueron hechos los objetos, de qué fueron hechos y cómo fueron utilizados, vemos como la gente fué tomando decisiones en varias etapas, y las opciones implican tanto la ingeniería así como la cultura.”

De esta perspectiva, ella dijo, las opciones no se basan siempre en qué cosas funcionan bien solamente, sino también son dirigidas por criterios ideológicos y estéticos. En el moldeo de las campanas mexicanas tempranas, la atención fué dada al tono del sonido y a al color del material; una cantidad inusualmente grande de arsénico fue agregada al cobre para lograr que el bronce brille casi como la plata.

“Si la gente utiliza los materiales en diversas maneras en diversas sociedades, eso te dice algo acerca de esa gente,” dijo la profesora Lechtman.

En el caso de los puentes peruanos, los constructores confiaron en una tecnología bien adaptada a [sus] problemas y a sus recursos. Los mismos españoles demostraron cuan apropiada fué la técnica peruana.

El Dr. Ochsendorf, un especialista en arquitectura e ingeniería tempranas, dijo que los gobiernos coloniales intentaron muchas veces erigir puentes para cruzar las quebradas usando el arco europeo, y cada tentativa terminó en fiasco, hasta que el hierro y el acero fueron aplicados a la construcción de puentes. Los peruanos, no sabiendo nada del arco o de la metalurgia del hierro, en vez de ello se basaron en lo que conocían mejor, que eran las fibras de algodón, las hierbas y los arbustos, y la lana de llama y alpaca.

Los puentes colgantes de los Inkas alcanzaron distancias libres de por lo menos 46 metros, y probablemente mucho mayores. Eran más largos que cualquier puente de albañilería europea de entonces. El puente romano más largo de España tenía una longitud máxima entre sus bases de 29 metros. Y ningunos de estos puentes europeos fueron construidos a través de cañones profundos.

Al parecer los [indígenas] peruanos inventaron sus puentes de fibra independientemente de cualquier influencia exterior, dijo el Dr. Ochsendorf , pero estos puentes no fueron ni los primeros de su clase en el mundo, ni la inspiración para los puentes colgantes modernos como los puentes George Washington y el Verrazano-Enangostan en New York y el Golden Gate en San Francisco.

En una investigación reciente, el Dr. Ochsendorf escribió: “Los Inkas fueron la única civilización antigua de América que desarrollaron los puentes colgantes. Existieron puentes similares en otras regiones montañosas del mundo, siendo las más notables en el Himalaya y en la China antigua, en donde los puentes colgantes de hierro existieron en el tercer siglo A.C.”

La primera versión moderna [del puente colgante] fue erigida en Gran Bretaña a fines del siglo XVIII, al principio de la revolución industrial. El más largo en la actualidad conecta dos islas en Japón, con un palmo de más de 1,820 metros entre cada torre y la torre de soporte. Estos puentes son realmente “caminos que cuelgan,” dijo el Dr. Ochsendorf, para proporcionar una superficie bastante plana para el tráfico rodante.

En el respetado libro “El Sistema de los Caminos Inkas,” de 1984, John Hyslop, que era un funcionario del Instituto de Investigaciones Andinas y académico del Museo Americano de Historia Natural, incluye descripciones de los puentes Inkas, registrados por los tempranos viajeros.

Garcilaso de la Vega, en 1604, divulgó las técnicas de la fabricación de cables. Las fibras, él escribió, eran trenzadas haciendo cuerdas del largo necesario para el puente. Tres de estas cuerdas eran tejidas juntas para hacer una cuerda más grande, y tres de ellas fueron trenzadas otra vez para hacer una cuerda más grande aún, y así sucesivamente. Los cables gruesos fueron estirados a través del río con las cuerdas pequeñas y unidos a los estribos de piedra en cada orilla.

Tres de los cables grandes servían como el piso del puente, que tenían a menudo por lo menos de 1.2 a 1.5 metros de ancho, y los otros dos sirvieron como barandas. Listones de madera fueron atados los cables del piso. Finalmente, el piso era cubierto con ramas distribuidas para dar firmeza para cuando caminen los animales de la carga.

Más ramas y pedazos de madera fueron amarrados para hacer paredes a lo largo de todo el puente. Las cubiertas laterales, un cronista dijo, eran tales que “si un caballo cayera en todas las cuatro, no podría caerse del puente.”


Fotos:
1-La primera seccion de acero siendo instalado en el puente Verrazano-Narrows Bridge en 1963. (Carl T. Gossett Jr./The New York Times).
2-El ultimo puente Inka que existe en Peru, fue el modelo para el proyecto de puente del MIT. ( Adriana von Hagen).
3-John A. Ochsendorf del MIT muestra cables hechos en Peru. (Robert Spencer / The New York Times).
No obstante, tomó tiempo para que los españoles se acostumbraran a estos puentes y lograr que sus caballos los cruzaran. Los puentes temblaban con cada paso y se sacudían peligrosamente con fuertes vientos.


Ephraim G. Squier, un estadounidense que visito Perú en los 1870s, dijo acerca del puente del río de Apurimac: “Es común que el viajero mida el tiempo de su viaje para llegar al puente por la mañana, antes de que comience el viento fuerte; porque, durante la mayor parte del día, [el puente] barre encima de la quebrada del Apurimac con gran fuerza, y entonces se sacude como una hamaca gigantesca, y cruzarlo es casi imposible.”

Otros viajeros observaron que en muchos casos, había dos puentes colgantes de lado a lado. Algunos dijeron que uno era para los caballeros y la nobleza, y el otro para los comunes; o uno para los hombres, y el otro para las mujeres.

Algunos académicos han sugerido recientemente que es más probable que un puente sirviera como reserva para el otro, en vista de la necesidad de reparaciones frecuentes de las cuerdas que estaban raídas y usadas.

El ultimo puente colgante Inka que existe, en Huinchiri, cerca de Cusco, es reconstruido prácticamente cada año. Los pobladores de las aldeas de ambos lados llevan a cabo un festival de tres días y recolectan fuertes hierbas para producir más de 15,240 metros de cuerdas. Finalmente, las cuerdas son trenzadas para reemplazar más de 45 metros de cables.

En el proyecto de la clase del MIT., 14 estudiantes se reunieron dos tardes por semana y otras tardes ocasionales para trenzar las cuerdas para una reproducción de un puente peruano de 18.3 metros de largo y 0.6 metro de ancho. Pero les permitieron una importante ayuda: unas 80,460 metros de pabilo hecho de la planta sisal, una fibra más fuerte que los materiales usados por los Inkas.

Algo del tiempo ganado fue invertido en procesos que los Inkas [quizás] no pensaron nunca. El pabilo y las cuerdas terminadas fueron sometidos a pruebas de tensión, a medidas de resistencia de peso y a radiografías.

“Hemos hecho pruebas de todo el material en cada paso mientras avanzamos,” dijo Linn W. Hobbs, profesora de ciencia material y una de las profesoras principales del curso.

Los estudiantes incorporaron 12 trenzados de pabilo para cada cuerda primaria. Entonces tres de estas cuerdas de 12 capas eran trenzados como cables principales, cada 36.4 metros de largo – 18.2 metros para el palmo y 9.1 metros en cada extremo para atar el puente a las anclas de concreto.

Una tarde de la semana pasada, varios de los estudiantes estiraron las cuerdas a lo largo de un pasillo, trenzando uno de los cables principales. Mientras que un estudiante se arrodilló para hacer la trenza y tres estudiantes al fondo de la línea hacían un cierto truco con sus pies para evitar que las cuerdas se enreden, Zack Jackowski, estudiante de segundo año, puso un pie firmemente en la trenza apenas terminada.

“Es importante lograr que las trenzas este tan apretadas como sea posible,” dijo el estudiante Jackowski. “Girando un poco, la jalas fuerte, manteniendo el giro que acabas de hacer.”

No hay duda que estos estudiantes escaparán el destino del hermano Juniper, el misionario franciscano de la novela de Wilder que investigó a las cinco personas fallecidas en el derrumbamiento del puente de San Luis Rey.

El hermano Jupiter esperaba encontrar la evidencia científica de la intervención divina en asuntos humanos, como ejemplos de “los pecadores son sorprendidos por la destrucción y los santos son llevados temprano al cielo.”

Lamentablemente, él no podría; porque hay algo de bueno y de malo en la gente. Entonces su versión escrita fue considerada herética. Él y su manuscrito fueron quemados en la hoguera.

Si el puente de los estudiantes se sostiene, habrán aprendido una lección: la ingeniería, en la antigüedad como ahora, es el proceso de encontrar una solución a través y por encima de los desafíos del medio ambiente y de la cultura.

Mas Datos:
Fuente: fernando Pareja

De pura casualidad estuve yo en el MIT el 12 de Mayo '07 cuando estudiantes construyeron el puente Chaka Stata (del quechua Chaka -puente frente al edificio Stata de Ciencias de la Computacion en MIT. URLs relacionados siguen.)

-Conferencia del Dr. Ochsendorf
http://www.loc.gov/today/cyberlc/feature_wdesc.php?rec=3839

-Fotos de preparacion de las sogas
http://www.flickr.com/photos/chakastata/

-Fotos del puente terminado por la distinguida y erudita cgespino
http://www.flickr.com/photos/cgespino/505028335/

-info sobre el ChakaStata del MIT
http://web.mit.edu/spotlight/inca-bridge/

Estoy tratando de concebir un articulito con *mis* fotos.

Fernando
fpareja@aol.com

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