
El cañón, de 2 metros 79 centímetros, apareció cuando los operarios hacían excavaciones para colocar los ductos de fibra óptica bajo tierra.
La arqueóloga autorizada del Instituto Nacional de Cultura (INC), Carmen Gabe Benaki, indicó que el cañón habría sido reutilizado en el siglo XIX para velar por la seguridad de una antigua casona, actualmente inexistente. Posteriormente, habría sido enterrado luego de la demolición de la misma casona.
Detalló que esta pieza de artillería fue encontrada justo debajo de tuberías de luz eléctrica, lo que prueba que ya fue descubierto antes por otros obreros hace unos 30 años; sin embargo, estos habrían hecho caso omiso al hallazgo para evitar responsabilidades.
Walter Paredes, gerente de obras y mantenimiento de Protransporte, informó que el INC dio la autorización correspondiente para transportar el cañón al museo del Parque de la Reserva, en donde será conservado e investigado de manera minuciosa.
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